Isla de Pascua: Un Tesoro Chileno en el Corazón del Pacífico
Una joya nacional que todos los chilenos deberíamos conocer
Cuando hablamos de destinos únicos que enriquecen la identidad de Chile, la Isla de Pascua (o Rapa Nui) destaca como uno de los más emblemáticos. A pesar de su lejanía geográfica —más de 3.700 km desde la costa continental—, este territorio insular es parte esencial de lo que somos como país. Su cultura, sus paisajes y su historia milenaria representan un orgullo para todos los chilenos.
Rapa Nui: Historia y raíces que también son nuestras
La isla fue habitada por navegantes polinésicos que llegaron a bordo de embarcaciones ancestrales, trayendo consigo una cosmovisión y un sistema social avanzados. El legendario ariki Hotu Matu’a es reconocido como el primer gran líder de este pueblo.
Hoy, la cultura rapanui sigue viva, con un idioma propio, danzas, música y ceremonias que nos recuerdan que Chile no termina en la cordillera o en el sur austral: se extiende por el vasto Pacífico hasta este rincón lleno de magia.
Los moáis: Guardianes silenciosos de nuestra historia
Las estatuas de piedra —los moáis— son uno de los mayores atractivos de la isla, reconocidas a nivel mundial como un símbolo chileno. Fueron talladas para honrar a los ancestros y colocadas en ahus ceremoniales con la mirada hacia los poblados, como si aún cuidaran de los suyos.
Visitar lugares como Ahu Tongariki, Rano Raraku o Orongo no solo impacta por su belleza, sino también por el profundo respeto que se siente por quienes construyeron esta civilización.
Un destino que los chilenos deben redescubrir
Aunque muchos turistas extranjeros sueñan con conocer Rapa Nui, aún hay miles de chilenos que nunca han viajado allí. Esto representa una oportunidad para reconectar con una parte olvidada de nuestra diversidad cultural. La isla es un destino ideal para unas vacaciones distintas, llenas de historia, espiritualidad y contacto con la naturaleza.
Cuidar lo que es nuestro
El reconocimiento de Rapa Nui como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1995 fue también un llamado a la responsabilidad. Hoy, el turismo debe ser sostenible y respetuoso. Muchos rapanui lideran proyectos de conservación y educación ambiental, trabajando junto con autoridades chilenas para proteger el legado arqueológico y natural.
Como chilenos, tenemos la responsabilidad de valorar y proteger esta isla no solo como un destino turístico, sino como una parte viva de nuestro país y su diversidad.